domingo, 20 de febrero de 2011

Dinelly Mercedes Bravo Albarrán-Cebil Redondo, Provincia de Tucumán, Argentina/Febrero de 2011


Noche de verano

Noche de verano, sedienta sombra que clama,
Prisionera que vaga entre pisos y paredes.
Pensamiento que espía detrás de una ventana
Ávido de agua de lluvia y miel de las mieles.

En las aceras verdes de musgo y abandono
Algo se confunde con los sedientos batracios.
Por los techos caminan  insectos temerosos.
Ya el febril sosiego anticipa un aroma a barro.

Un zumbido de grillos ahueca el sueño habitual.
Por mi frente rebasa un océano implacable,
Y  mis ojos no cierran sin su beso nocturnal.

El viento apremia azotando puertas en cada umbral.
No llueve aún. La palabra se antepone y nace,
Llevando a la piel de mi amado la noche estival.

Constantino Mpolás Andreadis-Buenos Aires, Argentina/Febrerro de 2011

A  PABLO NERUDA
si todo lo escribió y al escribirlo
todo quedó sin él y sin nosotros
sin un árbol sin un reloj sin un recuerdo
todo quedó reciente y esperado
por todo lo que viene sin venir
lo que vendrá sin duda sin nostalgia
lo que vendrá sin hombre y sin mujer
lo que será de pronto y sin milagro
lo que será sin ser

Trinidad Aparicio-Barcelona, España/Febrero de 2011

Por nombre Expósito

Se sabe que una casa es un edificio apto para ser habitado. Sin embargo su estilo cambia según épocas, adelantos tecnológicos, o caracteres arquitectónicos. Es cierto también, que en todo tiempo se han construido casas para ser habitadas por diferentes  clases sociales.

            Durante mis 77 años, guardo recuerdos muy distintos de cada una de las tres casas en las cuales he habitado. Si me permiten, luego de un pequeño preámbulo voy a contarles por qué.
           
Otoño transcurre con un clima muy variado, hoy 18 mayo, con una temperatura invernal, hemos decidido  pasar la velada reunidos junto al calor de la chimenea. Debo decir que  para nuestra familia, hoy es un día de Gracias y recuerdos.

Mi nombre es Expósito, signo evidente de que me acunaron en una Inclusa. Creciendo en esa Institución benéfica, presencié la partida de muchos afortunados niños; pero yo, pronto a cumplir 6 años seguía allí.

Fue justo el 18 de mayo de 1928, día de mi sexto cumpleaños; cuándo a media mañana llegaron los Martínez. La sonrisa que me obsequió la señora y el gesto del caballero posando su mano sobre mi cabeza, hicieron renacer la ilusión tan esperada y para ocultar mi emoción y lloriqueo incliné la cabeza mirando mis raídos zapatos.
Tras una larga conversación, que me pareció una eternidad, supe al fin, que los Martínez, sin importarles mi edad ni el color de mi piel, se convertían “en mis papás”. La capacidad de amar de ese ejemplar matrimonio, junto con mi necesidad de ser  amado, obró el milagro: asido fuertemente de sus manos y sin poder ocultar mi alegría,  dije adiós a la Casa Cuna, cerrando las puertas a mi naturaleza de huérfano. Mi flamante papá, tras caminar un largo trecho, con orgullo me cargó sobre los hombros y así llegué a la casa que por años sería mi nuevo hogar.

La casa me pareció una mansión digna de ser habitada por el Presidente Hipólito Yrigoyen, no podía creer que fuese exclusivamente para nosotros tres. Estaba edificada a la derecha de un extenso corredor. Al ingresar al zaguán, lo primero que captó mi atención fueron los elegantes sombreros y abrigos colgados ordenadamente en el perchero. Franqueando una puerta, entramos en el salón de recepción, allí había dos enormes ventanales  que  daban a la calle. Tres habitaciones de techos muy altos una al lado de la otra, daban al patio principal. Las puertas altas y de dos hojas, tenían sobre ellas una banderola a cadena que servía para su ventilación. Siguiendo por el corredor, otra puerta separaba estas dependencias de la cocina; la que hacía también las veces de comedor. A continuación seguía el baño, y por último en el enorme patio trasero donde   no faltaban: el gallinero, la huerta, el galpón, y el rudimentario horno a leña.

En la actualidad, mis padres ya no están; en homenaje a ellos, mis hijos llevan sus nombres;  en lugar de esa vieja casa que me vio crecer, educarme y hacerme hombre, hemos construido un hermoso chalet de dos plantas con todas las comodidades que nos han permitido obtener nuestro mayor ingreso económico. Tan sólo el horno de leña  conservamos en el jardín. Para muchos, es una pieza decorativa; para mí…¡Tiene el valor de una reliquia!

Es así, como año tras año, en veladas como las de hoy, nadie falta a la cita para agradecer aquel 18 de mayo, de 1928 y escuchar  recuerdos y anécdotas de mi juventud. Les cuento  que presencié la llegada de los primeros colectivos (autobuses), que vi aparecer y desaparecer el tranvía, que no teníamos refrigerador ni calefacción, que se cocinaba a leña o carbón, pero que con la cocina económica, mi madre, cocinaba manjares; les cuento que un enorme aparato de radio a galena con su gabinete de madera siempre bien lustrada, ocupaba el lugar de privilegio en el salón. Recuerdo con cariño a mi padre saboreando su copita de anís “8 Hermanos”, o salir con su sombrero al estilo Chevalier.

Mis nietos escuchan con atención, mas… la expresión de sus rostros da a entender que creen estar escuchando Fábulas  o cuentos de viejo ido. Mas yo, en esos momentos me siento feliz.

Alba Bascou-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

El adiós

                                                                                                       A Marcial, con mucho amor.
                                                                                                       Por siempre.
                                              
   “Dios, en el fondo no es más que una burda prohibición que se  nos hace: ¡no debeís pensar!"                                                                                                                  Friedrich Nietzsche


Uno nunca tiene claro cuando llega el final. Ni de los que quiere ni el de uno. Y la impotencia te gana cuando no podés pelear de frente con ella, la muerte,  ni hacerle preguntas.
Te enloquecés cuando sentís un ayudáme .Claro que te voy a ayudar. Soy tu compañera. NO DEJES QUE ME SIGAN MINTIENDO. Estoy mal, yo lo sé. Lo leo en las caras de los médicos y en la cara de desolación que tenés por más que te esfuerces…Yo te voy a ayudar, fue mi respuesta..
La cabeza se te transforma en una especie de remolino donde no conseguís que las ideas se ubiquen y cuando encuentran su lugar, un temblor te da en el cuerpo y las piernas no logran sostenerte. Te llevás sillas o puertas por delante porque ya no ves. Al mismo tiempo, los quejidos del otro se te meten en tu carne y te laceran y querés que dejen de existir porque él quiere una muerte digna. Porque toda su vida fue digna. De frente, luchando  y defendiendo ideales y poniendo  el cuerpo y el pensamiento. Sobre todo cuando con sus ojos metidos en los tuyos te implora, no puedo vivir así. Tenés razón, te voy a ayudar como sea, hasta el último momento pero entendé que a mí también me duele. Es un desgarro grande. ..
Y después las despedidas…Lúcidas. Te pido perdón por dejarte sola…No tengo que perdonarte nada. Te amo. Sos hermosa. Gracias, mi amor, te quiero. Te amo, te amo mucho como a los chicos. Me quiero despedir de ellos, de mis hijos y mis nietos y mis amigos. .Doctor,. no quiero seguir viviendo…YO FUI UN HOMBRE ÁGIL, SUPERACTIVO, militante de mis esperanzas por otro mundo, no puedo quedar postrado tipo “ Mar adentro”. Por favor, entiéndalo… Mientras hay vida, hay esperanza era la respuesta. ¡Qué esperanza de estar parapléjico en una cama, comiendo y defecando, alucinando, por unos meses…! ¡Por favor! Eso es maltrato. TORTURA. Doctor, en la Universidad nos enseñan contenidos, objetivos, y mucho bla, bla pero se olvidan de los derechos del hombre.¿ Qué, si creo en Dios? Creería si no hubiera hambre, diferencias entre ricos y pobres, falta de trabajo, educación, salud, maltrato, cobardía, envidia, donde todo no se manejara por el poder del dinero. Soy ateo. Creí en la gente como mi mujer que de agnóstica ahora con lo que me pasó se volvió re atea. Pero mientras haya vida, debo continuarla remacha el médico insistiendo en la receta reiterada  y creída por muchos. ¡Hasta cuando van a seguir con esa omnipotencia! ¿Para no dañarse, Uds.? ¿Qué se creen dueños de la vida y de la muerte como los milicos de las dictaduras? Por favor, es preferible que haga como la enfermera llegada de Israel que dice con una sonrisa que ella no se involucra porque sino se lastima .Y le enseñaron eso y tiene que llevarlo a cabo porque nunca le hicieron sinapsis las neuronas más creativas y pensantes que le dijeran que  la vida no es moral vivirla cuando se vive en un grito de dolor…¿O podés dejar que una persona sufra hasta lo infinito?. ¿Y vos,  hablás de Dios? Con respeto, ¿en qué salmo te lo dice? ¿Leíste la Biblia Latinoamericana? ¿Por ahí, algo te aclara? No me hagas reir. Repetís cosas. Sos un cobarde. El cuerpo no es tuyo. Es mío.
 Es de él y es como si fuera mío, lo interrumpo yo…
Las miradas lo dicen todo de los médicos, que desde ya por formación, corporativismo, convicción o lo que sea no quieren mezclarse. Que sufra, no pueden hacer nada. Sufrir para muchos de ellos es común, no entienden que es tortura. A lo sumo, alguno se atreve a  aumentar la dosis de morfina...Suspender ciertos remedios… Lograr un coma farmacológico…  El problema es  quién pone la cara. El miedo los gana. El temor de quedar involucrado es  mayor. El no salir a la palestra y vociferar, señores estamos equivocados, cada uno es dueño de su vida., carajo. Sucede  al revés, se sienten dadores de la  vida y de la muerte.
Pero a veces la muerte se acelera porque el deseo compartido entre los que lo entienden  hace que las horas sean minutos y los meses días. Y el ser que amamos se va, dándonos la mano. Una mano y un cuerpo que cuando lo acariciamos y besamos sigue calentito por un rato hasta que un frío cada vez mayor va creciendo por los miembros y lo rigidiza.
Y lo abrazás y lo besás miles de veces sin querer irte de su lado, porque es tu ser querido. Es él y no hay otro igual. Lo amaste y te amó y lo seguís amando. Y te hizo volver a creer en los días y las noches, y  fue el padre de tus hijos y el gran abuelo.
Junto a él están su hijo y la nuera .mientras madre e hija aprestan el entierro. Un enfermero se acerca  en el cambio de guardia. Viene a tomarle la presión.  El hijo le informa que está muerto. El muchacho se tambalea y llora. Acababa de tomar la guardia… apenas alcanza a decir, perdón,  pidiendo  disculpas. Es como si los enfermos pasaran a  ser una cama,  donde se cumplen con los ritos de la temperatura, la presión, la higiene…
Desde ninguna vida, el hombre muerto, no es testigo del último maltrato, porque su corazón se detuvo acariciado por el amor y la ternura de los suyos, soltando la mano de los que lo unían a la tierra, pero sabiendo cuánto lo han querido y lo llevarán guardadito en el corazón.
La admiración simplemente se suma frente a él, porque ejerció su derecho, su acto de LIBERTAD,
Y me voy llorando, entre sollozos y lamentos, mientras aprieto mi corazón, lugar en el que ahora vive.

Carolina Bugnone-Arghentina/Febrero de 2011

Dulce rechazo

estoy enviciada,
no me lo reproches.
adoro el impulso
de escribirte
mientras estudiás los pasillos
de esta casa
para escapar a tiempo

y decís en voz baja
“qué desconcierto”.

tu dulce rechazo
me moja la puntita
de los dedos
de los pies
con esa miel
amarguita
que  me empasta la lengua
y me llena la boca
de unos besos
imposibles.

Laura Beatriz Chiesa-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

L A   F E


La fe es victoria presentida,
que invade los terrenos del que cree
y apuntala los embates de la vida,
entrelazando emociones que posee.

¿Qué es el amor sino la fe sentida?
¿Qué es la amistad sino una fe creada?
¿Qué es el abrazo sino fe entrelazada
por la necesidad de ser vivida?

Por fe sonreímos ante las ideas;
por esa misma fe acariciamos sueños
logrando mover –piedra tras piedra-
hasta poder cumplir con los empeños.

Sin fe se pararía el mundo,
pues el desgano pronto cubriría
ese sentimiento audaz y tan profundo,
con el manto frío y cruel de la desidia.  


 (del libro “Polen de una rosa amarilla”)

Roberto Romeo Divita-Diciembre de 2011



Capítulo 41
La Conjura de los libreros
 El archivo de la computadora

                                         El viejo José librero de alma, juntos a sus amigos siguen investigando en el archivo de la computadora de Sket y la Cía, los planes habidos y por haber para copar todos sus objetivos.
                                        Luego de aparecer los planes del año 2000 al 2100, desfilaban por la pantalla de la computadora las víctimas que fueron quedando en el camino, desde Espartaco en la antigüedad, hasta los últimos mártires de nuestros días.
                                        El asombro y el horror eran públicos, el mate, el café, el té, el mate cocido, las gaseosas y algún traguito de ginebra contrabandeada, hacían más soportable la visión de algunas escenas desgarradoras que aparecían en esa pantalla.
                                        Los expedicionarios siguieron un rato más copiando todo o casi todo, el archivo secreto de la computadora.
                                         Ya entrada la madrugada, estimaron prudente comenzar a retirarse. Imágenes en acción como la del general yanqui, matando de un disparo en la sien a un vietnamita reducido; niños desnudos corriendo por los arrozales, quemados por el napalm; un periodista filmando su propia muerte, luego del disparo de un soldado golpista chileno; tugurios de tortura y muerte durante la dictadura militar en la argentina; los palestinos expulsados de sus territorios; estómagos hinchados de hambre y cuerpos en descomposición muertos por la sed en África; eran terribles visiones que no se olvidarían con facilidad..  ( Continuará)


Marta Díaz Petenatti-Elortondo, Provincia de Santa Fe, Argentina/Febrero de 2011

LA VIEJA GUITARRA

El cuarto estaba tan oscuro que era imposible ver qué contenía esa habitación que la vida y el olvido habían dejado cerrada durante  más de veinte años.
Con pasos inseguros llegué a la ventana  y al abrirla tras mucho esfuerzo,  los rayos del sol de septiembre, cálido y agradable, entraron agolpándose curiosos para descubrir con premura el enigma de la pieza cerrada.
Mis ojos ante  el impacto del sol fueron acostumbrándose de a poco. Vi una cama pequeña  aún tendida con humildad, una mesa a su lado  y sobre ella,  partituras musicales  junto a la pava y  mate, compañero de todos los días y conocedor intuitivo de alegrías y penas.
 Lo que me impactó fue ver que  en un rincón, bajo una fina capa de polvo grisáceo,  había una  vieja guitarra.
 Me senté sobre la cama, la tomé en mis manos y como si se  tratara de una flor hermosa y perfumada la comencé a limpiar  con suavidad  mientras mi mente vagaba en recuerdos y vivencias de sonidos que alguna vez salieron de sus cuerdas para que alguien en algún lugar se emocionara hasta las lágrimas o riera hasta el cansancio.
¡Cuántos minutos compartidos con una guitarra como protagonista!...¡cuántos amores secretos se alimentaron de sus letras!...¡cuánto dolor pareció menor al escucharla!...Y así, de a poco, mis manos comenzaron a acariciarla y de ella, fiel y entera comenzaron a surgir acordes suaves, dulzones y con ellos mi alma comenzó a volar por los caminos del pasado y del futuro olvidándome del presente que lo estaba viviendo sobre una nube de algodones.
Es muy difícil explicar la sensación que produce la nostalgia junto con la alegría y la tristeza, sólo estuve acariciando sus cuerdas para hacerla y hacerme sentir viva nuevamente, para decirle que ya era nueva otra vez, que estaba conmigo, que la cuidaría mientras tuviera vida mi corazón y mi mente.
Entonces la tomé en brazos  como quien toma un tesoro y partí con ella para compartir horas con amigos y poder darles a cada uno de ellos la sensibilidad de la música, la caricia de las palabras, el hombro para la tristeza, la alegría del amor compartido, la tolerancia para la vida y el bálsamo para el alma. 

Marta Susana Díaz-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

Un tranvía y el amor

El chirriar de las ruedas
Sobre las vías.
 Plateadas. Inseparables.
Paralelas
 Como nuestros caminos.
El olor a metales calientes
Inundaba  el tranvía.
El tilín, talán de la campana
    Sonando en las esquinas   
Como un sonido más
Que quedó en el pasado
De un Buenos Aires
Que se alejó en el tiempo.
Era una noche fría
Del invierno porteño.
La manija redonda, de porcelana,
Blanca y oscilante
Nos estaba esperando
Para ayudarnos a sostener
El equilibrio
Mientras se contoneaba
En ese baile solitario
Que permanentemente interpretaba.
Sin cansarse jamás.
Vos rozaste mi mano.
Perdón, dijiste.
Pero dejaste la mirada
Enhebrada en mi alma, para siempre.
Y ahora, que ya no hay más tranvías
Que nos lleven de aquí hasta allá
Con su monótona música envolvente
Yo jamás pude olvidar tus ojos.
Y aquél viaje en el tranvía
Solitario en la noche.

Lilia Elena Durand-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

Carolina


                          … entonces miró el cielo y vio abrirse las nubes en vendaval de llanto…

          Interrumpo la lectura. Una brisa suave comienza a remolinear las hojas secas desparramadas en las tejas del techo. El helecho  cubre las raíces desnudas del lapacho. De esa enmarañada melena verde asoma la asustada cabeza arrastrando tras de sí su cuerpo redondeado, apoyado en cuatro gruesas patas. Camina hacia mí, lentamente, como si un gran peso la pegara a la tierra. La miro venir, detenerse, inclinar la cabeza, un ojo al cielo, otro a la tierra, interrogante.
          Mis pies descalzos la sorprenden. Tímidamente se acerca. Me huele y se arrebuja contra mis dedos. Le hablo, acaricio su lomo rugoso. Baja los párpados y su mirada húmeda me interroga. ¿es verdad que se fue… es verdad que voló con Manuelita escondida en el bolsillo. . .es acaso esa nube blanca que nos mira, su nueva casita?  No sé que decirle.
          Una lágrima recorre los surcos del arrugado rostro. Intento acariciarla. Como un resorte su cabeza retráctil se esconde tras la puerta de su refugio

          La llamo. ¡Carolina…Carolina! No me contesta, está atrapada en su dolor.
          
          Apoyo mi mano en su caparazón. Suavemente tamborilleo la mosaiqueada espalda, Carolina…repito una, dos, tres veces. Asoma la cabeza y me mira… ¿Manuelita, está en París…? Acaricio su rostro. Mis dedos descubren un sueño que eligió nacer en la arrugada frente de una solitaria tortuga. No Carolina, Manuelita está aquí, esperando el invierno para dormir a tu lado y en el silencio íntimo de tu dormitorio, contarte por qué se fue a París y cómo el amor la hizo regresar.
          Vi el cosquilleo en los orificios de su invisible nariz cuando se escabullía en el cofre de su artesanal tejado.
          
          Cierro el libro.

Anahí Duzevich Bezoz-Cañada de Gómez, Provincia de Santa Fe, Argentina/Febrero de 2011

FRAGMENTOS


No nos vemos nacer
no nos vemos morir
somos acaso la imaginación
de nosotros mismos
somos sólo flor  bajo la luz
curva pálida de un pétalo caído
la espalda de una gota de rocío
ficción cotidiana de
el lugar que nos contiene
flor
pétalo
rocío
sobre los borradores de
 el orden cósmico.

Abel Espil-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

            La Lugareña

Playa brava
abrió su vientre
de arena fina y olas ariscas.
Bordeando mi mirada la playa,
el aroma del vino tinto
acompañaba el final del atardecer.
Apareció ella, acariciando
en su caminar la arena tibia y el agua que la buscaba.
La camisa suelta al viento,
sin ningún botón que la oprimiera.
La suave briza salitrosa,
besaba sus senos llenos de miel.
Los muslos emanaban al caminar lento,
la llegada de dos antorchas de fuego.
El pescador perdió su caña,
el hombre de la mujer con dos niños,
trastabilló cayéndose con su bebé en brazos.
Hugo --el playero--cerraba sombrillas,
volviéndolas a abrir.
Cerca, descubrí tu sonreír,
cerré los ojos y la playa estaba vacía.
El sol rojizo, 
escondía su estampa en el horizonte.
Retrocedí tres pasos,
y en la puerta de La Loma estabas tú.
   

Rogelio Guedea-México/Febrero de 2011

Aeropuerto de Osaka

Cuando hay nubarrones en la telita que recubre los ojos, no es difícil que la mirada pueda ver un montón de cuerpos mutilados donde en realidad hay un oasis.  Como siempre, entonces, la realidad depende del cristal con que se mira, de ahí que no sea siempre –la realidad- eso que tú quieres creer. Es importante, por tanto, ejercitarte en esto: cuando el mundo se te agolpe negro, cruel, un mero páramo sin futuro, no olvides que, en ese mismo instante, y quizá justo al lado tuyo, una pareja de enamorados lo está poblando de árboles azules y bahías llenas de gaviotas. Digo esto porque en la mañana, aquí mismo sentado en la sala de espera del aeropuerto de Osaka, todo este mundanal de gente me daba la sensación de caos, de vacuidad, y me preguntaba qué hace tanta gente, cuál será su sentido de ir y venir entre tanta gente también, por qué los siento tan prescindibles y accesorios, preguntas que acompañaba la angustia y la desesperación. Hoy, sin embargo, que he vuelto al mismo lugar me he encontrado con el mismo mundanal de gente entrando y saliendo a las puertas de embarque, pero, por una razón extraña, estoy alegre de ver sus rostros, alegre de mirarlos ir y veir, me digo qué bueno que todos viven, y todos tienen celulares y seguramente un trabajo, y si no lo tienen, seguramente no les faltará nunca pan y agua para vivir, quisiera fundirme en todos y abrazarlos, invitarlos a casa, a todos, y brindar por la vida que, como Dios, aprieta pero no ahorca. Pareciera que era yo como dos hombres, dos seres distintos habitándome, empujándose entre las nervaduras de mi sangre, incómodos el uno del otro, antípodas. Y ahora que he vuelto al cuarto de hotel, me digo: ¿cuál de los tres es el verdadero: el de la mañana, el de la tarde, o éste que, en silencio, los observa siempre desde el rincón de sombras?

María Antonia Herrera-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

VERSOS   DE   MALAQUITA

                     Amanecer de música
                     en tus entrañas
te eligieron las voces
                     de los niños
para cantar tus versos
                                   María Elena


Canto rodado en el mundo
tus palabras
                   auténtico decir
                   de sentimientos
frescor de brisa       aroma de jazmines
verdades puras
                        auténticas de llanto
ironías que sacuden
                                contagiosas de risa
todo estremece
escritas están para el mundo
con trazos de malaquita
                         y voces de Manuelita .

Alejandro Darío Insaurralde(Artículo)-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

La tecnología en la música académica

Por su ya conocida postura “conservadoril” la música académica fue lo suficientemente enemiga al uso de la tecnología como para que ésta ahora se tome una justa revancha. “Todo cambia” afirmó Heráclito, “lo único que permanece estático, es el cambio…” y nótese como ya desde su presocrática concepción de las cosas, aseguraba que resistir o negar las transformaciones es una absurdidad extrema. Harto sabida es la pertinaz rivalidad que existe entre los dinosaurios de la ortodoxia y los que pretenden un sano agiornamiento de la música académica o polémicamente llamada “culta” (como si cualquier otra música no fuese cultural). Ambas posiciones antes irreconciliables achicaron distancias gracias a la apertura de conciencia de algún visionario de turno, o debido a las generaciones nuevas que con un sonido sampleado, virtual o sintetizado - pero no por ello menos genuino - buscan desempolvar las amarillentas partituras de obras clásicas, al punto que sorprenderían al mismo compositor barroco, dieciochesco o romántico si volviera a la vida.    
El afán de mantener o “conservar” la naturalidad de los instrumentos sinfónicos no es reprobable, por el contrario, con ello mantenemos viva la referencia original del instrumento, y así, podemos conocer el cimiento desde donde se sustentan sus cualidades, la tímbrica, por ejemplo; pero tampoco debe censurarse la aplicación de nuevas concepciones sonoras sobre piezas que inmortalizaron los grandes compositores. ¿Porque aún hoy no se permite – y hablo específicamente dentro del ámbito de un Conservatorio – ejecutar una sonata con sintetizadores?¿Porqué aún se mira con recelo la labor de colocar instrumentos virtuales a una sinfonía?
Antes de proseguir, permítanme aclarar la diferencia entre un sonido sampleado, uno virtual y uno sintetizado: el “sampler” es un instrumento con sistema electrónico que utiliza sonidos grabados, tales sonidos son cargados a una memoria digital y pueden ser reproducidos musicalmente por un teclado u otros dispositivos; los sonidos “virtuales” o llamados VST (Virtual Studio Technology) son programas o softwares que permiten reemplazar a los soportes reales, como teclados e instrumentos reales; el sonido “sintetizado” - aquel que producen los teclados electrónicos llamados sintetizadores-  da la sensación de un sonido “artificial” o “sintético”, que se puede aproximar a un instrumento real pero nunca suena como tal (en ocasiones, no suena ni remotamente). Una vez un amigo me hizo escuchar una grabación donde en un pasaje debía sonar, según él, un arpa sintetizada (para mis oídos, sonaba más a un charango…) De todas formas, las calidades de estos aparatos varían, y son también dignos receptores de acobijar entre sus teclas cualquier obra académica sin importar la calidad de sus sonidos.
Toda nueva dimensión sonora debe ser respetada. Cuando Emerson, Lake and Palmer y Kítaro grabaron con sintetizadores sus propias y hermosas versiones del Promenade de “Cuadros de una Exposición” de Moussorgski, - compositor ruso del Nacionalismo musical y miembro del llamado “Grupo de los 5” -debieron soportar las críticas de los sectores más ortodoxos. En la actualidad, dichas versiones se escuchan en los Conservatorios – ¡afortunadamente! – en materias pedagógicas y de apreciación musical.     
Tratándose de una orquesta sinfónica, el sonido acústico y real seguirá teniendo su primacía, pues como dijimos, es el patrón o referente directo de una determinada fuente sonora instrumental. Pero la practicidad que brindan los sonidos virtuales sorprende por sus resultados, al ser económicos se vuelven muy tentadores a la hora de financiar los costos, y con el desarrollo de nuevos softwares, ya es casi imperceptible la diferencia, por ejemplo, entre un violín real y uno “virtual”. Como prueba de ello, encontramos a las bandas sonoras de Hollywood donde orquestadores como James Horner, Basil Poledouris, Hans Zimer, Vangelis y otros, alternan la aplicación de instrumentos virtuales y sintetizados con orquestas verdaderas. Estos músicos han comprobado el excelente rendimiento que tiene la nueva tecnología, que en ocasiones  reemplaza con éxito a los instrumentos reales.
Cuando hablamos de lo mucho que se ha avanzado en achicar los baches de animosidad entre conservadores y vanguardistas, no es una mera expresión de deseo, hay dos ejemplos concretos de este avance: la incorporación de materias como “Informática aplicada a la educación musical” en el Programa de Nivel Terciario, ya es una muestra de flexibilidad; y en las nuevas carreras de composición, existen hoy materias en donde se permite experimentar con sonidos virtuales.
Y no sólo debe ser viable la aplicación de tecnología en las obras clásicas afamadas, sino también en la creación de nueva música sinfónica o “culta” (otra vez esa palabra…). Son interesantes también las orquestaciones mixtas, donde se alcanzan climas sonoros con aire más “fílmico”, que se alejan de la orquestación convencional. Aquí se combinan: a) instrumentos sinfónicos reales con virtuales; b) sinfónicos reales con sintetizados; c) sinfónicos virtuales con sintetizados; d) sinfónicos reales con “loops” o patrones rítmicos de repetición; e) “loops” con sinfónicos virtuales; f) “loops” con sintetizados.
Como se verá, las combinaciones pueden ser múltiples, y todas son viables y musicalmente ricas. Firmas como Steinberg – pionera en el campo de los sonidos virtuales - y otras como Spectrasonics se encuentran a la cabeza en la producción de softwares de música.
Bueno sería que en un futuro no muy lejano, la música académica asimilara como natural el irrevocable hecho de extender los horizontes sonoros, sin por ello desvirtuar la concepción primigenia de una obra clásica. Dicha apertura no se reduce únicamente al viraje hacia nuevas formas o géneros – como la mirada más respetuosa que se tiene hoy hacia géneros populares y folclóricos – sino también hacia propuestas sonoras que le brinden novedad y deleite a los oídos más que prejuicios a la mente.

Rosa Mary Marrone-Buenos Aires, Argentina/febrero de 2011


HOMENAJE A MARGUERITE DURAS


EL ALCOHOL
¡Hay tan poca gente que ame los
paisajes que no existen!...
Saber que continuará el mismo mundo
mañana
-¡Cómo nos desalegra!...
Fernando Pessoa. “Antología Esencial”


Desde que comenzó a beber se convirtió en una alcohólica. En la soledad de la noche, el alcohol la acompaña como un artificio, delineando así un pasado que no logra atraparla. En verdad, los recuerdos vienen eternamente a buscarla, sólo el sopor que le provoca la bebida los vuelve leves, lejanos.
Se ve en los campos anegados de Indochina corriendo junto a sus hermanos, hundiendo las piernas hasta las rodillas, riendo, riendo. La ruina de los cultivos trajo consigo más miseria, pero no fue la turbulencia económica la que decidió su regreso a Francia.
Al comienzo, beber fue placentero; lo disfrutaba en las fiestas y reuniones políticas, en que su palabra parecía enfundarse en una firmeza y convicción admiradas por quienes opinaban “tan joven y tan decidida”. Le toleraban sus excesos gracias a su compromiso político y su brillante escritura.
Hasta que la cirrosis y los vómitos de sangre la convencieron que debía dejar de beber. Así se sucedieron incontables veces en que intentó la abstinencia y desistió de ella.
La droga no logró interesarla nunca, pero el alcohol, whisky, vino, la envolvía en una seducción sutil, limaba sus restricciones modeladas en el tiempo, suavizándola de tanta dureza.
En un momento de su vida dejó de creer en el entorno de quienes se decían comunistas y no lo eran; abrumada por tanta orfandad escribió y militó con fiereza, ella sabe mejor que nadie que la escritura la fortalece en los momentos de soledad.
Tampoco puede negar que –en contra de lo que la gente cree- la bebida la energiza intelectualmente; recorre con fluidez momentos de la resistencia en que la traición acechaba a todos los compañeros, debilitando la barrosa línea que distingue a amigos de enemigos. Recuerda esos momentos de acción y riesgo que no dudaría en volver a transitar a pesar del miedo. Cómo resistir la trágica senda de la memoria sin la beatitud que el alcohol otorga.
Aún hoy se pregunta cómo pudo escribir bebiendo tanto, sin perder la lucidez despiadada que la marca. Ella es tan cruel con su vida…, que necesita pacificar su mirada.
El vacío que nos ha dejado la carencia de un dios –escribió hace pocos meses- nos es difícil soportarlo. El alcohol ha sido hecho para soportar ese vacío. Lo escribió y lo sigue pensando ahora, mientras sostiene una copa en la mano temblorosa.
“¡Estamos tan solos!” piensa. Quizás intuye la cercanía de su final, pero lo construye como una ficción más; ella ha sido siempre buena para las ficciones.

Patricia O. (Patokata)-Uruguay/Febrero de 2011

FLOR DE LOTO

Como la flor del loto se abre,
así se abrirán las entrañas de la tierra;
dejando escapar una explosión de luz y vida
que viajará por el aire cual luciérnagas.

Cual pétalos que caen ante el conjuro del amor,
así se deshojaran las capas de la tierra;
cual cascada de agua límpida de dulce sabor
que empapará toda vida sobre ésta esfera.

Como la flor del loto se abre,
así se abrirán las entrañas de la tierra;
cual crisálida que cae y se evapora
dejará ver su real naturaleza.

Esfera de luz y de magia ancestral,
de singular belleza;
elevándose en la franja del zodiaco,
pronta a alcanzar su verdadera esencia.




poesía seleccionada, elogiada, distinguida, galardonada en la II Convocatoria de Poesía y Naturaleza ECOLOQUIA

Stella Maris Taboro-San Jorge, Santa Fe/Febrero de 2011

Lágrimas íntimas


! Oh Señor, que reinas,
en el universo todo!
Tú sabes de mis lágrimas saladas,
caen dentro mío, calladas , silenciosas ,
y pocas veces ruedan en mi rostro.
! Oh , Señor ,
hay un mar muy grande
muy extenso ,un mar que no se ve!
Lo formaron mis lágrimas,
las lágrimas que caen dentro mío,
las que no salen, porque no pueden.
Y así , mis ojos llorosos están muy adentro,
crece el mar salado y sus sales quemaron
todas las naves de la alegría.
Gotean hacia adentro mis lágrimas,
los ríos van a los mares
pero mis lágrimas forman otros mares,
mares que no conocen el aire ni el sol,
que no se seca, dejando ojos enrojecidos,
Lágrimas que no dejan sus sales en las mejillas,
gotas de la ausencia que caen en el corazón .

Beatriz Minichilo-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

Final
 
 
A veces pienso
que me gustaría
en ésa,
mi última hora
poder decir esa palabra
que nunca fue expresada,
inventarla con el sonido
del eco de una flauta
entre las montañas
y luego irme,
desdibujada
como una imagen
en un papel mojado
sin dejar nada.
Ni siquiera el papel.

Jorge Zanzio-La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

RETORNO    


Llegaré a casa
y todo será igual que ayer,
todo estará igual que ayer,
el mismo aliento en el paciente paso,
el mismo árbol que vio nacer y morir a mi padre,
la misma desnudez;
inanición de paraísos para los huesos,
quietud de patria,
heridas indelebles en la dignidad humana.
La ceniza que barrunta el sueño recurrente
estará ahí, exacta  y sola
espiando por las rendijas
donde se descubre el umbral estremecido.
Llegaré una vez más
cerrando como sentencia la puerta a mí paso,
dándole de nuevo la espalda a la tierra,
al circunspecto horizonte.
Colgaré del perchero
mis lágrimas de silex
hasta el inicio de la próxima jornada
y beberé del vino agrio.
Bailaré el último vals con la sombra que siempre espera
el renacer de su lobo desdentado.
Llegaré a la gravedad del silencio
al miedo
al dolor
a la rudimentaria furia.
Llegaré y veré en el espejo
la cara de un pequeño dios, imperceptible,
tallado sólo para el olvido.
Y el reflejo huirá de mí,
otra ves huirá de mí.
Y el Olor
y el hambre
y el sexo huirán de mí.
Hasta la última encrucijada la belleza.
Y aunque mi lengua nada sepa de manjares
el banquete  estará listo para la negra bocanada;
monótona simetría de sal y almíbar.
Llegaré a casa en otoño
con una bala anónima entre las manos
y una estrella de sangre en la solapa.
Llegaré a ese breve universo de éxodos
donde no existe el adiós ni la victoria,
donde nunca fui
donde pude haber sido el que siempre he anhelado.
Llegaré a casa desde el polvo,
Llegaré desde la cruz y el misterio

Teresita Medina-Miramar, Florida, Estados Unidos/Febrero de 2011

HAY   QUE  SOÑAR


No  hay  nada  más  personal  que  soñar
Es  un  secreto  que  podemos  controlar
Si  lo  deseas  compartir: es  compartido
Pero  sino  lo  llevas  escondido

Sueñas  despierta  y  sueñas  dormida
Pero  siempre  sueñas
A  través  de  ellos: El  anhelo, La  esperanza
Como  también  las  viejas  añoranzas

Aquello  que  se  fue… y  creo  que  olvidé
Pero  en  pesadillas  regresan…y  te  viran  al  revés
Pues  vivo  nuevamente  lo que  un  día  pasé
Y  al  despertar  Doy  gracias,  que  sólo  un  sueño  fue

Pero  hay  que  soñar,  no  dejes  de  soñar
Quien  no  sueña  no  puede  desear
 Como  tampoco  puede  amar
 Los  sueños son  parte  del  vivir
Y  el   anhelo  que  deseamos  conseguir
Siempre  recuerda  que ellos  tuyos  son
Llévalos  guardado  en  tu  corazón
Para  convertir en  realidad  vuestra  ilusión.

Héctor Labonia-Miramar, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2011

EN EL SENDERO DE LOS SUEÑOS

En el sendero
de los sueños
derramo inspiración.
Encamino mi vida toda.
No tengo dueño.
Libremente pienso.
Y mi escritura
vuela y delira,
se posa en la tierra,
anda por las nubes
y las galaxias.
Hurga el fondo del mar,
en impenetrables
selvas se adentra.
Todo bajo el influjo
de mi libertad
de soñar y vivir,
existir realmente
y alucinar virtualmente
en poemas inspirados
creativos e ilusionados.
En fin, es mi sino...
Cohabitar en poesías.